Elías llegó aquella mañana a la biblioteca
y aunque no sabía leer se divertía mirando las ilustraciones de los libros y
tratando de descifrar lo que decían las letras. Se acercó a un librero y
escogió un libro grande y voluminoso. Se sorprendió porque ese librote no
pesaba nada, lo llevó a su mesa y se preparó para comenzar la diversión. El
libro se titulaba “El libro del libro”, pero Elías no lo supo. Pasó varias
páginas hasta llegar a una que tenía un dibujo de su localidad. Elías se veía a
sí mismo jugando con sus amiguitos a la orilla del río. Puso sus manos sobre el
papel para ver si al tocar el agua mojaba sus dedos y así ocurrió. Pero él
creía que estaba soñando, allí junto a sus amiguitos.
Y de todos, su mejor amigo era Guntemberg,
que inventó la imprenta él logro que pueda estar en todas partes.
Después que dijo esto, el libro se cerró y
Elías salió a la calle.
Cuando llegó a la esquina, pudo leer un
anuncio que decía: ¡Bienvenido al mundo de los libros!
Autor: Ricardo Marcano (10 años)
Fragmento de una carta enviada a nuestro
cuentacuentos Henry Guerra para publicar y compartir en la revista