Llegó el día en que la naturaleza
dijo: ¡Ya basta que me dañen tanto! Entonces la Tierra convocó a todos los
animales, árboles, arbustos, insectos, aves, peces, piedras, ríos, etc. Se
reunieron en la Gran Montaña y discutieron y llegaron a un acuerdo de retirarse
alrededor del hombre y dejarlo sol para que recapacitara. Los arboles caminaron
hasta el mar y vivir dentro de él. Luego llegaron los pájaros, los cuadrúpedos,
después los bípedos, las piedras, los ríos, los arbustos, las semillas. Los
peces enseñaron a esta parte de la naturaleza a respirar bajo del agua. Así
lograron vivir dentro del mar y construyeron un país naturista.
Mientras el hombre quedó atrapado en su
mundo de cemento, sin nada, sin flores, sin frutas, sin carnes, sin vegetales.
El hombre empezó a buscar a la naturaleza, pero sin éxito. Corrió, corrió, pero
no tenía agua para calmar la sed. Entonces alteró y bebió sus lágrimas saladas
hasta lograr arrepentirse de haber dañado tanto a la naturaleza, y comenzó a
vivir como era todo antes, sin cementos, bloques, sin máquinas y sin dudas.
Desde ese día cultivo su felicidad.
Autor: Henry Guerra
Director de Teatro y Cuentacuentos
Ilustración Marcela Habram