Hace
mucho tiempo, cuando estudiaba mi primer grado en la escuela primaria Nueva
Andalucía, era 23 de abril, Día del Idioma y del Libro. Homenajeaban a
Cervantes por ser el autor del libro El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha. También a María Teresa de la Parra y Shakespeare. Y los artistas que
fueron invitados para este Acto Cultural eran dos señores: una Gran Señora y un
Gran señor “Cuenta Cuentos”. Primera vez que veía y escuchaba contar cuentos.
Mi emoción era más grande que el cielo. Contó la señora que un gigante era tan
grande que cuando estornudaba las nubes le entraban por la nariz, y yo pensaba
que no era cierto, que era imposible. Y el señor en otro cuento decía que el
papá de Juan volaba como un papagayo. Me
parecía imposible, porque solo volaban las aves, los aviones, que era lo que yo
conocía. Al final la señora nos aclaró que la imaginación nos hace soñar cosas
imposibles, que podemos viajar y conocer otros mundos. Que existen varias
formas de contar cuentos: unos que cuentan con el cuerpo sin decir una palabra
(los mimos); otros que cuentan, otros que hacen cuentos teatros. Entonces, le
dije, si la cosa es así, ahora mismo voy a escribir y contar mi primer cuento
Había una vez…
Autor: Henry Guerra
Cuenta cuentos y Director del Grupo de Teatro Manifiesto